Área del desarrollo 2: Físico y de la salud


 

Los primeros tres años de vida marcan todo el desarrollo posterior

Los pequeños crecen más en esta etapa que durante cualquier otro momento de su vida. En muchos casos, cuando llega el primer cumpleaños tienen el triple de peso que tenían al nacer y cuando llegan a los dos años pesan cuatro veces más. El desarrollo físico se apoya en el notable crecimiento del cerebro que los niños experimentan durante los primeros tres años. Este órgano excepcional crece hasta alcanzar el 80% del tamaño adulto cuando se celebra el tercer cumpleaños.

Uno de los hitos más importantes que los niños alcanzan durante el primer año es el de experimentar con la gravedad y conocer cómo caerse y levantarse. Aprenden a controlar los movimientos y a usar el cuerpo de diversas maneras, perfeccionando el sentido del equilibrio y la motricidad gruesa. El movimiento, las acciones físicas y el uso de los sentidos son los modos principales que tienen los pequeños para explorar sus entornos durante los primeros tres años. Por lo tanto, necesitan sentirse seguros y bien cuidados. Esto se logra proporcionando relaciones cariñosas y atentas. Cuando son sinceras y positivas animan el desarrollo sano, aumentando la confianza para poner a prueba destrezas nuevas que les aportan un sentido de seguridad fundamental para seguir avanzando.

El desarrollo físico incluye dominar el movimiento, el equilibrio y la motricidad fina. Los niños nacen con una necesidad intensa de conocer su externalidad y enterarse de cómo funciona el mundo que les rodea. La habilidad de moverse expande la capacidad de explorar, descubrir y resolver problemas. Una parte del progreso físico incluye también el desarrollo de las habilidades sensoriales, experimentando y respondiendo cada vez mejor a la información que reciben al oír, ver, oler y tocar. Un ejemplo de este proceso es la manera en que niños reciben información de los sentidos y reaccionan con movimientos y acciones. Por ejemplo, un niño de 11 meses bate las palmas después de oír música, mientras que otro de 24 meses usa las manos y los dedos para apretar arcilla y cambiar su forma. El desarrollo perceptual de los pequeños es importante porque les ayuda a aprender y captar el sentido de su mundo. Este desarrollo está relacionado estrechamente con el progreso físico, pues ayuda a los niños a aprender dónde está su cuerpo en el espacio y les permite reaccionar y moverse en consecuencia.

Junto con estas nuevas destrezas físicas y sensoriales, los niños también desarrollan las habilidades necesarias para cuidarse a sí mismos. Durante la primera infancia atienden sus necesidades de cuidado comunicándoselas a la madre de diversas maneras. Mientras crecen, los niños comienzan a intentar algunas de estas tareas por su cuenta gracias al control aumentado de los músculos y mediante las nuevas capacidades cognitivas. El desarrollo de las habilidades de auto-cuidado depende mucho de las expectativas y experiencias culturales. Por ejemplo, en las culturas donde se carga a los niños en cangureras o portabebés durante ratos largos, el caminar y las habilidades de auto-cuidado tienden a emerger más tarde.

Las expectativas realistas durante los primeros tres años de vida son extremadamente importantes, ya que todos los niños desarrollan las capacidades y destrezas físicas, pero a su propio ritmo. Algunos empiezan a gatear tan temprano como a los siete meses, mientras que otros esperan hasta los nueve para empezar a usar esta habilidad. Además, la cultura y las experiencias también toman un papel importante en el desarrollo físico y la salud de los niños. Los pequeños normalmente solo se enfocan en las habilidades que les resultan necesarias y que conocen bien partiendo de sus experiencias cotidianas.

 

En las siguientes sub-secciones se explicarán con más detalle los cuatro tipos de desarrollo físico y de la salud, al mismo tiempo que se integran a todas las normas.

 

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