Comunicación expresiva


 

NORMA
Los niños demuestran capacidad de entender y expresar pensamientos mediante la expresión verbal y la no verbal.
 
Relacionado con:
– Auto-regulación, fundamento del desarrollo: Regulación emocional
– Auto-regulación, fundamento del desarrollo: Regulación de la atención
– Área del desarrollo 1, desarrollo social y emocional: Expresión emocional
– Área del desarrollo 1, desarrollo social y emocional: Relaciones con los compañeros
– Área del desarrollo 4, desarrollo cognitivo: Memoria
– Área del desarrollo 4, desarrollo cognitivo: Lógica y razonamiento
 

El lenguaje expresivo se refiere a la manera en que los niños expresan sus necesidades, deseos y sentimientos a otros con la comunicación tanto no verbal como verbal. La comunicación empieza en el nacimiento e incluye el llanto por reflejo, apartar la vista y el movimiento corporal. Después de los cuatro meses de edad los niños cambian y pasan a usar sonidos adicionales mientras construyen su capacidad de lenguaje verbal. Producen llantos de diversos tipos y hacen experimentos con sonidos al arrullar, reírse, balbucear y hasta gritar.

Entre los 9 y 12 meses los niños empiezan a indicar cosas con el dedo porque ya se comunican con propósito. Usan además combinaciones de gestos y sonidos vocales para indicar que les interesan objetos y personas. Todas estas acciones son elementos precursores de las palabras que emergerán posteriormente, entre los 12 y 15 meses de edad.

Durante el segundo año de vida los niños comienzan a combinar palabras. Las primeras que articulan suelen ser expresiones de dos sílabas como “teta” o “mama”. Son palabras que nombran a personas, aspectos y objetos significativos en la vida del niño. Con frecuencia los padres son los únicos que entienden correctamente esas expresiones porque emergen dentro del contexto en el que se crían sus hijos. Los niños también articulan oraciones con dos palabras para comunicar significados como “papi fue” o “yo galleta”. A los 36 meses ya consiguen producir oraciones breves y claras para expresar ideas, hacer preguntas y turnarse al conversar.

 

Ejemplo de la vida real

Cristina tiene 36 meses de edad y está aprendiendo tanto el inglés como el español. En este momento está jugando con una muñeca en el parque. Está meciendo la muñeca y le susurra, “Ssss, no llorar”. Su madre británica está sentada a su lado y la observa mientras juega. Le pregunta en español: “¿Por qué está llorando el bebé?” Cristina contesta, “Ella hambre”. La madre le dice: “¿Qué puedes darle para que ya no tenga hambre?” Cristina agarra un biberón de juguete y lo levanta. Dice: “Leche. Quiero milk”.

Cristina hace que le da el biberón a la muñeca y sigue meciéndola durante un rato. Después la abraza y le da un beso. Cristina se pone de pie, quita la manta y dice: “Nena necesita pañal”. Desviste la muñeca y dice: “Quita camisa”. Imita el cambio del pañal y vuelve a poner la ropa a la muñeca. La madre sigue observando el juego de Cristina y algunos minutos más tarde le dice: “Cristina, en cinco minutos vamos a recoger y nos vamos a casa a merendar”. Cristina alza la vista y sigue jugando con la muñeca. “En tres minutos comenzamos a recoger”, dice la mamá pasado dos minutos. Cristina dice en voz baja: “recoger”. Después de los tres minutos, la madre avisa a Cristina y la niña empieza a guardar los juguetes. Sigue diciendo “recoger”. Una vez que termina de recoger se van a casa.

Este ejemplo ilustra diversas formas del uso del lenguaje y las estrategias de la madre para desarrollar las habilidades de su hija. Cristina usa el habla privada, o sea el habla auto-dirigida, en dos momentos, tanto al desvestir la muñeca como al recoger. El habla privada está ayudándola a realizar paso a paso la tarea en la que está absorta. Además del habla privada, Cristina demuestra alternancia de código al decir: “Leche. Quiero milk” (quiero leche). Combina el inglés y el español en una frase sin perder la coherencia de la estructura gramatical. La madre apoya el desarrollo lingüístico de Cristina al hacerle preguntas abiertas a fin de extender las interacciones.

Al avisar a Cristina de las transiciones, la mamá le da apoyo seguro para la regulación emocional porque avisa con tiempo para gestionar la preparación de un cambio de actividad. Cristina demuestra el uso de la lógica, tanto al seguir los pasos apropiados al cambiar el pañal de la muñeca como al agarrar el biberón de leche para darle de comer a la muñeca. Finalmente, Cristina demuestra convenciones sociales y culturales al besar y abrazar a la muñeca a fin de comunicar sus sentimientos.

 

0 a 9 meses7 a 18 meses16 a 24 meses21 a 36 meses

0 a 9 meses

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7 a 18 meses

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