Seguridad y bienestar


 

NORMA
 
Los niños demuestran una capacidad emergente para reconocer situaciones peligrosas y actuar en consecuencia.
 

RELACIONADO CON:

– Auto-regulación, fundamentos del desarrollo: Regulación de la atención
– Auto-regulación, fundamento del desarrollo: Regulación del comportamiento
– Área del desarrollo 1, desarrollo social y emocional: Relaciones de apego
– Área del desarrollo 2, desarrollo físico y de la salud: Autocuidado
– Planteamientos del aprendizaje: Confianza y toma de riesgos

 

Durante los primeros años de vida los niños dependen de sus padres para mantenerse seguros y sanos con el fin de tener un buen crecimiento. Pero enseguida comienzan a desarrollar la capacidad para reconocer situaciones previsiblemente peligrosas o malsanas, aunque necesitarán mucho apoyo de sus cuidadores. Es importante remarcar que esta capacidad termina bien orientada cuando los pequeños confían en unos progenitores responsables y atentos que satisfacen de forma constante todas sus necesidades. Porque esperan que los padres fijen y delimiten lo que es aceptable y lo que no lo es.

Cuando nacen los bebés no están totalmente indefensos. Llegan al mundo con un conjunto de reflejos diseñados para señalar a la madre sus necesidades básicas de supervivencia. Cuando crecen terminan siendo conscientes de sus propios cuerpos y de su entorno. Interactúan de forma consciente con ese entorno practicando activamente todas las habilidades nuevas que consiguen desarrollar. El desafío consiste en hallar el mejor equilibrio posible entre la exploración y el aprendizaje, manteniendo activos a los niños en su entorno de confianza.

Con las habilidades nuevas llegan los comportamientos arriesgados propios del desarrollo. Se lanzan hacia delante sin tener en cuenta lo que está en el camino o agarran todo lo que está en el suelo y se lo meten en la boca. Esto sucede así porque no tienen todavía la capacidad de controlar sus impulsos, poniendo a prueba los límites de la seguridad que los padres han fijado. Finalmente, su capacidad cognitiva creciente les ayuda a entender por qué se han fijado límites y reglas de seguridad, formando finalmente la memoria de lo que se permite y lo que no. No obstante, aunque a veces prestan atención a estas reglas todavía necesitan la supervisión constante para mantenerse seguros.

 

Los niños deben sentirse seguros para expandir todas sus capacidades

El concepto de “no” es usado con frecuencia por los padres con niños menores de tres años. “No toques”, “deja eso”, “no pegues”… son las expresiones que se escuchan a diario en las interacciones con niños pequeños. Los menores de tres años no pueden controlar sus impulsos, pues los están empezando a desarrollar. Por lo tanto es importante que los padres tengan expectativas realistas en cuanto a su entendimiento de lo que es seguro y lo que no.

La seguridad es muy importante durante los primeros tres años de vida y los padres deben trabajar sin descanso para que sus hijos estén bien cuidados y protegidos. Durante este periodo la supervisión y el cuidado constantes y la redirección son el apoyo que necesitan los pequeños para mantenerse seguros. Mientras están formando la capacidad cognitiva de entender lo que pueden y no pueden hacer no son capaces de controlar sus acciones. Los padres se encuentran con frecuencia repitiendo las mismas palabras y advertencias una y otra vez. Y esto puede ser frustrante en ocasiones, porque los pequeños necesitan recordatorios constantes. Todavía están desarrollando la memoria. Así que dependen mucho de la estructura, las rutinas y la constancia para formar el entendimiento de la seguridad y el bienestar.

 

0 a 9 meses7 a 18 meses16 a 24 meses21 a 36 meses

0 a 9 meses

Los niños dependen primero de sus reflejos naturales para señalar sus necesidades básicas de supervivencia a la mamá. Hacia el final de este periodo se produce una consciencia creciente del propio cuerpo y la confianza en la madre para satisfacer las necesidades y conseguir de ella la protección en las situaciones inciertas o potencialmente peligrosas.

Indicios

  • Señala sus necesidades con reflejos y sonidos: demuestra el reflejo de búsqueda cuando tiene hambre, llora cuando está incómodo
  • Observa y explora activamente el entorno
  • Demuestra un interés en el propio cuerpo: mira fijamente sus manos, se mete los pies en la boca, toca su ombligo con el dedo
  • Usa movimientos físicos para explorar el ambiente: extiende la mano, se sienta, se da vueltas en el suelo
  • Demuestra confianza en la mamá, extiende sus manos hacia ella, se siente tranquilo cuando le calma, la busca con la mirada en las situaciones novedosas

Estrategias

  • Satisfacer las necesidades del niño de manera atenta y sensible
  • Responder de manera adecuada en las relaciones con el bebé
  • Proveer un entorno seguro y una supervisión constante
  • Sosegar y consolar al niño cuando sea necesario: cargarlo en brazos, mecerlo, abrazarlo
  • Interactuar con el niño: sentarse con él en el suelo para explorar y jugar

7 a 18 meses

Las crecientes capacidades físicas de los niños les permiten explorar nuevas maneras de interactuar con el entorno cotidiano. Motivados por estas nuevas capacidades, los niños se arriesgan para explorar y aprender, demostrando con la comunicación verbal y no verbal que confían en sus padres para sentirse seguros.

Indicios

  • Usa las referencias sociales para evaluar situaciones inciertas: mira a la madre para saber si puede o no hacer algo
  • Trepa activamente para alcanzar objetos que quiere durante el juego
  • Responde a los indicios de la madre en situaciones inciertas y peligrosas
  • Titubea y demuestra cautela en situaciones novedosas y/o cambiantes: deja de gatear cuando alcanza el borde de una superficie desigual
  • Responde a avisos y cambios en el tono de la voz, porque necesita ayuda y redirección para poner fin a comportamientos peligrosos: alza la vista cuando escucha un “no” con tono firme, pero no necesariamente deja de hacer lo que pretendía así que se debe insistir para que se detenga

Estrategias

  • Usar indicios faciales y gestos para comunicarse con el niño en situaciones inciertas: decir sí con la cabeza y sonreír para animar al niño a gatear hacia el juguete nuevo
  • Fijar restricciones y límites y hacerlo con firmeza por motivos que entiende el niño
  • Proveer un entorno seguro y una supervisión constante
  • Explicarles por qué se fijan las reglas

16 a 24 meses

Los niños empiezan a formar un entendimiento básico de sus limitaciones físicas y de situaciones peligrosas. Todavía sienten la motivación de explorar y interactuar con el entorno sin tener en cuenta los riesgos, por eso siguen dependiendo de la madre para ser ayudados en el manejo de los impulsos.

Indicios

  • Entiende perfectamente las indicaciones de “no” y “deja de hacer eso”, mediante palabras o gestos
  • Responde a los avisos y empieza a cambiar el comportamiento en consecuencia: se aleja del enchufe eléctrico después de que la mamá le haya dicho “no toques el enchufe porque hace pupa”
  • Busca consuelo cuando se siente asustado
  • Imita acciones de los adultos durante el juego: dice “no tocar” a una muñequita cuando pasa al lado de un horno de juguete

Estrategias

  • Proveer un entorno seguro y una supervisión constante
  • Entregar un modelo de prácticas y comportamientos seguros para el niño: no subirse a una silla para alcanzar objetos hasta que no haya alguien presente para vigilar que sea seguro
  • Apoyar al niño en nuevas situaciones: permitirle tiempo para conocer nuevos objetos, personas o actividades

21 a 36 meses

Comienzan a interiorizar la seguridad, las reglas y el bienestar de la protección que están aprendiendo de sus padres. Siguen actuando según los impulsos, pero empiezan a desarrollar estrategias para protegerse por sí mismos en situaciones inciertas y posiblemente peligrosas.

Indicios

  • Presta atención a las reglas de seguridad, pero todavía necesita la supervisión para mantenerse seguro
  • Comunica con un adulto cuando algo anda mal: un compañero se ha lastimado o está perdido
  • Recuerda y empieza a aplicar experiencias pasadas en situaciones futuras: camina lentamente y con cautela cuando hay nieve y hielo en el suelo
  • Recuerda las reglas a compañeros más pequeños: agarra la mano de un niño más pequeño cuando están caminando en una zona resbaladiza por la lluvia

Estrategias

  • Proveer constantemente supervisión y guía
  • Hablar con el niño sobre situaciones peligrosas y lo que debe hacer para pedir ayuda
  • Respetar los temores que el niño expresa
  • Fijar restricciones y límites y mantener con firmeza los principios de precaución
 

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