Los niños demuestran una disposición permanente para participar en experiencias nuevas y asumir riesgos cuando se sienten en un entorno de confianza.
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Los niños aumentan su confianza mediante las relaciones cotidianas con padres tiernos y atentos. Los papás que están sintonizados con las necesidades de sus hijos y responden de forma oportuna y constante, estimulan sus sentimientos de autoestima. Los niños aprenden a creer que son importantes y a confiar en otros. Esto aumenta al mismo tiempo la confianza en sí mismos, algo completamente necesario para que emprendan riesgos apropiados a su nivel de desarrollo. Estos riesgos incluyen una evolución de tareas en el desarrollo como gatear, caminar, jugar, experimentar con el entorno exterior y formar relaciones con compañeros.
Al principio los niños usan la confianza para abordar riesgos físicos. Entre los 9 y los 12 meses de edad los pequeños hacen experimentos moviendo objetos de diversas maneras, empujándolos y tirándolos al suelo. También dominan habilidades como gatear y caminar. Ponen constantemente a prueba esas habilidades y trabajan para desarrollarlas en el contexto de relaciones seguras que proporciona el hogar familiar.
Una vez que el niño domina una habilidad, los padres pueden compartir su emoción aumentando aún más su confianza y percepción de dominio para desarrollar habilidades nuevas en el futuro. Entre los 18 y 24 meses comienzan a asumir riesgos emocionales, jugando cada vez más lejos de sus conocidos aunque todavía los buscarán cuando sea necesario. Entre los 24 y 36 meses inician interacciones con compañeros e intentan abordar desafíos por su propia cuenta antes de buscar la guía de los familiares.
Los padres tienen un papel fundamental en el fomento de la confianza de sus hijos. Es necesario que sean sensibles al temperamento de cada pequeño y su grado de comodidad con las nuevas situaciones. Los niños pueden abrumarse con sus capacidades crecientes y a veces terminan exhibiendo frustración o temor. Cuando los papás son sensibles al temperamento particular de cada uno de sus hijos, los sentimientos y su grado de comodidad, todos terminan sintiéndose seguros y apoyados, participando confiados en nuevas experiencias según su propio ritmo.
Una perspectiva sobre la toma de riesgos
El término “toma de riesgos” puede resultar un poco desconcertante para los padres. Si bien se esfuerzan mucho por asegurar que sus hijos estén siempre seguros y sanos, en ocasiones no terminan de comprender la importancia que tiene establecer contextos apropiados para que se produzca una toma de riesgos adecuada al desarrollo de los pequeños porque es un comportamiento positivo y natural en ellos. Cuando un niño siente confianza en sus padres y en sus propias habilidades asume todos los riesgos necesarios para aprender habilidades nuevas. Con su apoyo y aliento intentan dominar habilidades nuevas y cuando alcanzan el éxito construyen sentimientos de orgullo y autoestima.
La toma de riesgos se refiere no sólo a los riesgos físicos como gatear y caminar, sino también a los riesgos emocionales que asumen mediante sus relaciones con otros. Por ejemplo, un niño de 12 meses toma un riesgo emocional cuando depende de otra persona diferente de los padres para que le dé cuidado y confianza. Los riesgos son importantes para que los niños desarrollen relaciones sociales sanas en el futuro.
0 a 9 meses
Los niños comienzan a construir su confianza mediante las interacciones que experimentan todos los días, especialmente con la madre. Estas primeras interacciones son muy importantes, porque sirven para comenzar a desarrollar las relaciones especiales que terminan siendo la “base segura” para que los pequeños asuman riesgos en el futuro próximo y prueben experiencias nuevas.
Indicios
- Llora y/o usa el lenguaje corporal para señalar sus necesidades y lograr que se satisfagan: aparta la vista, arquea la espalda
- Explora nuevos objetos con entusiasmo: chilla y/o aprieta un juguete
- Usa diversos métodos para llevar a cabo una tarea sencilla: extiende la mano, da patadas, hace sonidos vocálicos
- Pone a prueba habilidades nuevas por su propia cuenta al mismo tiempo que busca la guía de un adulto conocido: un niño que está empezando a gatear y comienza a desplazarse, se vuelve hacia la madre inseguro para buscar la confirmación antes de seguir moviéndose
Estrategias
- Proveer un cuidado atento y constante con el fin de aumentar la autoconfianza de los pequeños
- Crear un ambiente donde tengan acceso a juguetes apropiados a la edad
- Usar indicios verbales y no verbales para animar y apoyar al niño mientras participa en una actividad nueva: sonreír, asentir con la cabeza, batir las palmas y celebrar con besos y achuchones
- Proveer apoyo en las nuevas situaciones permitiendo al mismo tiempo un espacio para que pueda explorar nuevos objetos
7 a 18 meses
Los niños empiezan a valerse de la confianza que van desarrollando para asumir riesgos simples al explorar físicamente sus entornos, siempre en el contexto de una relación segura.
Indicios
- Comienza a asumir grandes riesgos con muy poca consideración del peligro: se tira del sofá para alcanzar un objeto
- Manifiesta cada vez más intención y confianza al jugar y relacionarse: agarra, empuja, tira
- Usa el ensayo y error para resolver problemas y situaciones complejas: pone a prueba diversos ángulos al intentar meter un objeto en el clasificador de formas
Estrategias
- Proveer un ambiente interesante y seguro donde el niño pueda explorar. Seguir vigilantes e intervenir cuando sea necesario para mantener su seguridad
- Reconocer que necesita tiempo para ajustarse a habilidades nuevas: comienzan a asustarle de repente sus capacidades crecientes
- Animarle para que ponga a prueba nuevas maneras de hacer las cosas
16 a 24 meses
Los niños aumentan su confianza en el contexto de una relación segura, participando en tareas más complejas mientras buscan nuevas situaciones.
Indicios
- Juega y explora cada vez más lejos de las figuras de apego, aunque sigue buscando su guía y consuelo: juega al otro lado del cuarto, mira hacia la mamá y después sigue jugando
- Busca la ayuda y el consuelo de las personas conocidas
- Demuestra confianza en las capacidades y los logros: grita de alegría o bate las palmas cuando consigue una meta, como la de armar un rompecabezas sencillo
- Se añade a una nueva actividad después de haberla observado con cautela durante un rato
Estrategias
- Seguir disponible para el niño durante el juego. Usar indicios para asegurarle apoyo animándole a explorar: sonreír, asentir con la cabeza, batir las palmas
- Proveer materiales y actividades que son estimulantes pero no frustrantes: bloques grandes, rompecabezas sencillos
- Ser sensible a su temperamento, reconociendo que puede necesitar tiempo para participar en una experiencia nueva. Permitir que observe todo lo que sea necesario hasta sentirse listo para participar
21 a 36 meses
Los niños usan la confianza para comenzar a tomar riesgos emocionales además de los físicos con el apoyo de sus progenitores.
Indicios
- Intenta resolver los conflictos sociales de forma independiente y sin correr automáticamente a una persona de referencia: quiere recuperar el objeto que un compañero le quitó
- Comienzan a aparecer las advertencias de los progenitores ante situaciones provocadas por exceder los límites
- Demuestra entusiasmo y empeño resolviendo problemas cuando intenta tareas nuevas: empuja la mano de la mamá para alejarla y rehúsa la ayuda hasta que está listo para pedirla
Estrategias
- Validar las emociones que está sintiendo: “Veo que te has enfadado porque te quitaron el juguete”
- Entregar siempre un modelo de comportamiento bien pensado, coherente y educado mediante las interacciones de todos los días
- Proveer oportunidades para que pueda resolver problemas por su cuenta. Intervenir solo cuando parece frustrado y/o pide ayuda