Perseverancia, esfuerzo y atención


 

 

Los niños usan la exploración sensorial y la interacción social para informarse sobre su mundo. Aunque cuando son muy pequeños no tienen desarrollada la capacidad para prestar atención a personas ni objetos durante ratos largos, terminan formando esta habilidad con el tiempo y la suma de experiencias.

Los pequeños demuestran un interés inicial hacia su mundo simplemente observándolo. Se enfocan en caras, patrones de mucho contraste, sonidos y también en objetos concretos. A medida que crecen empiezan a explorar físicamente su ambiente. Usan las manos para girar, agitar y mover objetos. Disfrutan repitiendo acciones que les gustan, como agitar un sonajero o golpear un tambor de juguete. La participación en esas experiencias fomenta el desarrollo de la persistencia, el esfuerzo y la atención.

Después de los 12 meses los niños se enfocan cada vez más en llevar a cabo tareas sencillas. Por ejemplo, pueden quedarse sentados durante ratos breves, echar objetos en un cubo, verterlos y luego repetir el proceso entero una y otra vez. También empiezan a insistir mucho en sus intentos por alcanzar una meta. No tienen el lenguaje ni la capacidad de regulación para controlar sus emociones y exteriorizarán la frustración cuando encuentren desafíos que les cuesta superar.

Los padres estarán atentos apoyando a sus hijos durante este proceso y les animarán para que sigan intentándolo hasta superar los desafíos y las dificultades, al mismo tiempo que los ayudan a resolver los problemas que van surgiendo. Aunque algún niño tenga más capacidad para seguir enfocado, todavía puede distraerse fácilmente. Los papás pueden apoyar el aprendizaje de los pequeños preparando un ambiente enriquecedor que fomente las interacciones y minimice las interrupciones.

 

Un caso de la vida real

Ava tiene 13 meses de edad. Está sentada en su cuarto de juego volviendo a colocar bloques uno tras otro en una canasta. Sigue haciendo esta actividad en particular hasta colocar todos los bloques en su lugar. Cuando acaba de hacerlo, camina a un rincón del cuarto e intenta alejar de la pared un carrito. Su mamá se llama Liz y está sentada en el suelo observándola. Ava empuja el carrito hacia delante. Pero esta acción solo consigue acercar el carrito a la pared. Intenta la misma acción varias veces pero siempre se produce el mismo resultado. Ava hace una pausa, se arrodilla y mira los botones del carrito. Vuelve a ponerse de pie y otra vez intenta mover el carrito empujándolo hacia delante.

Después de golpear la pared otra vez, Ava agita el carrito y gruñe. Mira a su mamá e indica el carrito con el dedo. Liz se acerca a la niña y dice: “Vamos a intentar moverlo así”. La mamá pone las manos encima de las de Ava y la guía al mover el carrito hacia atrás. Ava todavía no tiene muy buen equilibrio cuando está de pie, así que le resulta extremadamente desafiante caminar hacia atrás y se cae. Liz hace una pausa y dice: “Mami va a darle vuelta para ti”. Orienta el carrito hacia otro lado y Ava se pone de pie. La niña camina hacia detrás del carrito y se coloca en la posición correcta para empujarlo hacia delante. Mueve el carrito y sonríe. Liz bate las palmas y dice: “¡Lo hiciste, mi niña grande!” Ava sigue caminando hacia delante empujando el carrito con éxito al moverse.

En este ejemplo Ava demuestra su capacidad para completar dos tareas. Al colocar todos los bloques en la canasta demuestra que puede prestar atención durante un rato breve mientras guarda todos los bloques. Ava demuestra un conocimiento inicial de los conceptos numéricos y las cantidades al extender la mano cada vez que agarra un bloque y hacerlo repetidas veces hasta que no quedan más. La segunda tarea que Ava emprende recalca su manera de intentar resolver un desafío repetidas veces para lograr una meta. Aunque no puede darle la vuelta al carrito por su cuenta, intenta hacerlo varias veces antes de comunicar que quiere ayuda. Liz apoya las capacidades emergentes de Ava al colocar sus manos sobre las de la niña para guiarla. Sin embargo, reconoce que Ava no está del todo lista y mueve entonces el carrito para que la niña pueda empujarlo con éxito. Una vez que Ava lo consigue Liz comparte la emoción de su logro.

 

0 a 9 meses7 a 18 meses16 a 24 meses21 a 36 meses

0 a 9 meses

Los niños observan, exploran, fijan su atención y se relacionan con el mundo a su alrededor.

Indicios

  • Mira constantemente los ojos de la madre mientras escucha su voz y observa atentamente sus gestos faciales para reconocerse identificado en esas expresiones
  • Enfoca su atención en los sonidos, las personas y los objetos
  • Repite una y otra vez las acciones que le resultan más interesantes
  • Indica preferencias usando expresiones no verbales: volviendo la cabeza, pateando con los pies

Estrategias

  • Relacionarse y jugar a menudo con el pequeño
  • Proveer juguetes y objetos interesantes y apropiados a la edad para la exploración, pero sin estimular demasiado al niño. Limitar el número de juguetes, colores y sonidos que se encuentran en el entorno
  • Reconocer sus esfuerzos de comunicación y responder de manera bien pensada

7 a 18 meses

Los niños comienzan a insistir para relacionarse con las personas, explorar objetos y llevar a cabo tareas. Aunque aumenta su capacidad para mantenerse enfocados todavía se distraen fácilmente con lo que sucede en su entorno y los objetos que les rodean.

Indicios

  • Participa en interacciones recíprocas: juega con la mamá a esconderse la cara
  • Repite acciones una y otra vez: mete con éxito todos los objetos en un clasificador de formas, los vuelca en el suelo y vuelve a empezar
  • Comienza a colaborar en las actividades de autoayuda: darse de comer o peinarse
  • Demuestra preferencias: Cuando la familia sale de paseo al parque el sábado indica la bolsa de patatas fritas que se acaba de comprar con un gesto y dice “no” cuando se le enseña el sonajero para que juegue con él

Estrategias

  • Compartir sus logros: animarles en el proceso para que sigan trabajando en el dominio de una tarea
  • Relacionarse y jugar cada día con el pequeño
  • Seguir adonde quiere ir en las actividades
  • Dejar que ayude con las actividades de autoayuda cuando indica que eso le interesa
  • Reconocer y confirmar las preferencias: “Quieres la taza azul, aquí la tienes”. O “Quieres ver un libro, pero es hora de comer. Cuando terminemos te lo leo”

16 a 24 meses

Los niños aumentan su capacidad para mantenerse enfocados en tareas orientadas hacia una meta. En esta etapa la persistencia no se hace evidente todavía por la consecución del resultado final, sino mediante el proceso que el niño desarrolla para descubrir cómo alcanzar esa meta.

Indicios

  • Se enfoca en actividades durante más tiempo
  • Trabaja durante ratos más largos cuando intenta terminar tareas: consigue armar las piezas de un rompecabezas
  • Repite experiencias que le gustan: dice “más” después de terminar de leer su libro favorito
  • Demuestra preferencias por actividades: lee con la mamá, juega en la mesa de su habitación, prefiere sentarse con sus hermanos para observar lo que hacen y seguirles después caminando para participar con ellos en los juegos

Estrategias

  • Proveer diversos manipulativos que puede explorar sin necesitar ayuda: rompecabezas, tableros de clavijas, libros
  • Celebrar con sinceridad y alegría sus logros
  • Ofrecer apoyo y guía cuando se frustra mientras juega. Responder oportunamente si pide ayuda
  • Reconocer sus actividades favoritas y usarlas para identificar otros juguetes y materiales que le podrían interesar

21 a 36 meses

Cuando realizan una tarea los niños pueden estar atentos durante ratos más largos, aumentando su persistencia ante las dificultades. También consiguen prestar atención a más de un evento de su entorno y esta nueva habilidad es lo que les permite seguir enfocados aun cuando hay distracciones.

Indicios

  • Toma decisiones según sus preferencias y en ocasiones elige lo contrario a lo decidido por un adulto: “No leche, quiero zumo de naranja”
  • Intenta las tareas más difíciles durante ratos cada vez más largos
  • Practica una actividad muchas veces hasta conseguir dominarla, sin importar los intentos fallidos que sucedan por el camino
  • Muestra interés por terminar cuestiones rutinarias sin ayuda de nadie: cerrar la cremallera del abrigo, ponerse los zapatos

Estrategias

  • Permitir que tome ciertas decisiones a lo largo del día
  • Proveer ratos largos y sin interrupciones en los que pueda desarrollar actividades que le gusten
  • Apoyarle para que aumente la atención al extender las interacciones: agregar una nueva experiencia a la actividad que ya domina
  • Evaluar cómo apoyarle mejor en la conclusión de tareas complejas, pero siempre teniendo en cuenta sus capacidades personales
  • Entregarle responsabilidades de bajo nivel: poner los vasos en la mesa para la merienda o mantener abierta la puerta para que entren sus hermanos