Los niños ponen a prueba diversas estrategias para completar tareas, superar obstáculos y encontrar soluciones a los problemas, las preguntas y los desafíos.
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Los niños construyen el cimiento de sus habilidades para resolver problemas mediante las relaciones de tierno cuidado, la exploración activa y las interacciones sociales. Durante su primera infancia aprenden que sus acciones y comportamientos tienen un efecto sobre los demás. El bebé llora indicando a su mamá que tiene hambre para que le dé de comer.
Cuando los padres reaccionan de forma constante a los intentos de comunicación de sus hijos les están reforzando la forma más básica de resolver problemas. Porque aprenden los mecanismos de resolución precisamente motivando ciertas acciones. Según pasa el tiempo van aumentando ese conocimiento y lo ponen en práctica al relacionarse y resolver problemas en situaciones futuras.
Los niños descubren que sus acciones y comportamientos también tienen un impacto en objetos y que producen ciertos resultados. Por ejemplo, cuando se golpea un juguete de madera con un palo produce un sonido característico y diferente que cuando se golpea con ese mismo palo el suelo. Este comportamiento se realiza evidentemente a propósito y con intención, pues se busca que ocurra algo.
Según crecen hacen experimentos cada vez más complejos para resolver problemas, como mover las piezas de un rompecabezas de diversas maneras hasta conseguir armarlo correctamente. Usan la prueba y el error para hallar soluciones a las tareas que están realizando, junto con las habilidades de comunicación para pedir ayuda a sus papás verbalmente o con gestos.
Cuando tienen 36 meses los pequeños comienzan a disminuir la frecuencia del método ensayo y error para resolver los problemas. Como sus habilidades cognitivas se van mejorando, comienzan a usar la lógica y el razonamiento para superar los desafíos cotidianos. La capacidad de prestar atención durante más tiempo les permite enfocarse durante ratos más largos para superar esos desafíos. Aunque todavía dependen de los padres para recibir apoyo, quieren intentar resolver los problemas por su cuenta antes que pedirle ayuda a alguien.
Caso de la vida real
Sebastián tiene 25 meses y está ajetreado con una actividad de motricidad fina que le ha preparado su mamá. Tiene en las manos una pinza grande de plástico y está intentando usarla para levantar bolas grandes de pelusa de un plato de plástico y trasladarlas a una taza. Agarra la pinza con una mano y tiene el plato encima de la mesa. En repetidas ocasiones intenta usar una sola mano pero no consigue retener la pinza con la suficiente firmeza como para levantar una bola. Sebastián hace una pausa, mira alrededor y levanta una bola haciendo pinza con el pulgar y el dedo índice.
Con la pinza en una mano y la bola en la otra, coloca la bola dentro de la pinza y la cierra. La traslada a la taza de plástico y la suelta para depositarla adentro. Luego agarra otra bola de pelusa y la coloca dentro de la pinza. Otra vez la cierra con firmeza y transfiere la bola a la taza. Sebastián usa el mismo método hasta que todas las bolas de su plato están dentro de la taza. Una vez que termina vierte la taza en el plato y vuelve a empezar. Después de completar el proceso con éxito otra vez, extiende la taza llena hacia su mamá. Ella lo ve, sonríe y la hace un gesto de éxito con el pulgar hacia arriba. Sebastián agarra su taza y camina hacia la mamá. Le da la taza y se va de la mesa.
Este ejemplo recalca cómo los niños usan el ensayo y error físico para resolver problemas. Los intentos iniciales de Sebastián por levantar los objetos pequeños con la pinza no son exitosos. Por eso hace una pausa para pensar en las posibilidades que resuelven el problema y luego cambia el proceso. En vez de cerrar la pinza para agarrar la bola, coloca la bola dentro de la pinza con la otra mano y luego la cierra. Esto le resulta más fácil, pues todavía está desarrollando las habilidades de motricidad fina necesarias para completar esta tarea. Cuando es consciente que ha logrado completar su meta con éxito mediante otro mecanismo motriz realiza la tarea hasta terminar de colocar en la taza todas las bolas de su plato. Luego vuelve a empezar la misma actividad. La capacidad de Sebastián para resolver este problema con éxito ha reforzado su autoconfianza. Cuando la mamá reconoce positivamente su logro apoya aún más el desarrollo social y emocional de su hijo. Un concepto positivo del yo y una confianza aumentada en sí mismo son muy importantes para el aprendizaje futuro de Sebastián y su desarrollo sano en general.
0 a 9 meses
Los niños ponen el cimiento de la resolución de problemas mediante la exploración activa y la interacción social.
Indicios
- Se enfoca en llamar la atención de su madre con el uso de sonidos, llanto, gestos y expresiones faciales
- Disfruta repitiendo acciones: vuelve a dejar caer un juguete de la silla después de haberlo recogido la mamá
- Comunica la necesidad de ayuda con indicios verbales y/o no verbales: señalando con el dedo, extendiendo la mano, haciendo sonidos vocales
Estrategias
- Responder oportunamente y de manera bien pensada a los intentos del niño por llamar la atención
- Proveer juguetes y objetos interesantes y apropiados a su edad para la exploración
- Relacionarse frecuentemente con el niño a lo largo del día
7 a 18 meses
Los niños empiezan a descubrir que ciertas acciones y comportamientos pueden servir para resolver los desafíos y obstáculos que encuentran. También reconocen las maneras de relacionarse con sus padres para manejar dichos desafíos.
Indicios
- Repite acciones una y otra vez para descubrir cómo funciona un objeto
- Empieza a reconocer que ciertas acciones provocan ciertas respuestas: la risa y las sonrisas resultan con frecuencia en una respuesta semejante de la madre
- Intenta usar varias estrategias físicas para alcanzar metas simples: tira la cuerda de un tren de juguete para acercarlo o gatea para agarrar una pelota que se ha ido rodando
Estrategias
- Demostrar cómo intentar hacer cosas de diversas maneras y animar al niño a hacer lo mismo: usar un cubo de plástico como tambor
- Guiar suavemente al niño mientras descubre y explora cosas, al mismo tiempo que se le permite una independencia suficiente como para intentar cosas nuevas
- Responder oportunamente y de manera bien pensada a los intentos del niño de comunicarse
16 a 24 meses
Los niños tienen más capacidad para resolver los problemas que encuentran, usando objetos y la imitación. Adquieren un papel más autónomo durante esta etapa, sin embargo intentarán comunicarse con los padres en la mayoría de las instancias.
Indicios
- Imita el comportamiento de la madre para lograr una tarea: intenta girar el pomo de una puerta
- Aumenta la capacidad para reconocer y resolver problemas con la exploración activa, el juego, el ensayo y el error: intenta meter un objeto de diversas maneras dentro de un clasificador
- Usa objetos del entorno para resolver problemas: el cubo sirve para mover objetos al otro lado del cuarto
- Usa la comunicación para resolver problemas: se le acaba el pegamento durante una actividad y le hace gestos al papá para pedir más
Estrategias
- Validar y encomiar los intentos por hallar soluciones a los desafíos
- Explicar las ayudas para que encuentre una solución: “Vamos a intentar girar la pieza del rompecabezas de este modo”
- Proveer oportunidades para resolver problemas con y sin ayuda, minimizando la posibilidad de que se frustre
- Responder los intentos de comunicación con ánimo e intención sincera
21 a 36 meses
Los niños comienzan a discriminar qué soluciones surten efecto, con menos ensayos. Llegan a ser cada vez más autónomos e intentarán superar obstáculos primero por su propia cuenta o con un apoyo limitado por parte de los padres. En ocasiones excepcionales pueden encontrar argumentos sorprendentes, soluciones geniales y atajos propios de adultos. Un buen ejemplo es lo que sucede en este vídeo.
Indicios
- Pide ayuda a la madre cuando la necesita
- Empieza a resolver problemas con menos uso del ensayo y error
- Rehúsa ayuda: la pide pero luego empuja la mano de la mamá para alejarla
- Muestra orgullo cuando lograr completar una tarea en solitario
- Usa habilidades cada vez más refinadas para resolver problemas: utiliza su propia servilleta para limpiar un líquido derramado sin pedir ayuda a nadie
Estrategias
- Seguirle donde quiera ir y prestar atención a sus señales ayudando en las tareas cuando sea necesario
- Compartir su entusiasmo y los logros
- Entregar modelos y explicar las habilidades para resolver los problemas mediante el juego
- Proveer ratos ininterrumpidos para que pueda trabajar en actividades
- Estar disponible y reconocerlo cuando necesita una guía