Infantil 5 – Fichas de Cálculo mental

 

Este material tiene como objetivo que los niños puedan memorizar las operaciones de sumas y restas que contienen los números inferiores a la decena.

Las actividades de memorización actuales son muy diferentes de las que empleaban nuestros padres en su formación infantil, cuando no existían las calculadoras. Hoy en día los niños sólo realizan cálculos complejos en el colegio, pero los cálculos numéricos que llevan a cabo en su vida cotidiana son muy sencillos.

Por este motivo conviene incorporar en los procesos didácticos nuevos ejercicios de automatización que sirvan para paliar los déficit actuales de cálculo mental. Es necesario por tanto una especie de ‘gimnasia’ de cálculo mental para que los alumnos consigan espontaneidad en las operaciones aritméticas elementales.

En las 14 fichas que se presentan a continuación el objetivo es conseguir máxima agilidad en las sumas y restas inferiores a la decena. Llega un momento que los números operados exceden la decena, aunque no se hayan explicado esas cantidades. Este momento es muy importante, pues solo se debe introducir cómo se llaman esos números para que sean los niños quienes encuentren sus propios mecanismos operativos ayudándose con los dedos.

Esta es una evolución que debe ir apareciendo sobre la marcha y de forma natural, mientras los padres solo observan con paciencia cómo se intentan las resoluciones, sin revelar en ningún momento la solución ni corregir en los dos minutos de actividad. Será durante las correcciones cuando se informe la solución y cómo llegar a ella, pero únicamente en los ejercicios que se han conseguido intentar. No en el resto. El niño llegará más lejos el próximo día que se proponga la ficha y será entonces cuando se corrijan los nuevos errores si es que aparecen.

La finalidad de estas fichas superiores es movilizar la mente del niño hacia un terreno inexplorado, para observar su comportamiento, motivación y tenacidad en las formas que desarrolla para conseguir el resultado correcto sin más apoyo que su propia inventiva. Llegará un momento que, mediante la repetición continuada de las ejercitaciones, el niño conseguirá no solo avances operativos, sino muy especialmente mecanismos personalizados adquiridos por su propia inventiva y motivación protegido por el afecto de su familia.

Como siempre insistimos, el entorno de trabajo para el niño que se enfrenta a estas fichas debe conseguir la tensión adecuada. Pero nunca hasta el extremo de ser estresante o mostrar un mínimo atisbo de temor, porque terminaría aborreciendo las matemáticas desde el comienzo. No se trata de una competición, sino de conseguir terminar las operaciones en menos de dos minutos. Unos lo conseguirán antes, otros tardarán más. Si bien es importante la velocidad en el cálculo mental, conseguirla enseguida por tener más facilidad intelectiva para ello no garantiza excelencia matemática en el futuro. Igual que en el caso de tardar más en absoluto la impide.

Por lo tanto, paciencia y mucho cariño. Los instantes de refuerzo positivo con afecto y ánimo marcan más el aprendizaje que mil horas de estudio. La complicidad de las madres y los padres en el acompañamiento didáctico de sus hijos en las dificultades y contratiempos enseña más que el frío rigor de la disciplina alejada del cariño entrañable de la familia. Esta es la clave de la ‘matemática materna’: conseguir que la ciencia ocupe el mismo lugar de intimidad cognitiva en el niño que el lenguaje que aprendió de su madre.

Los padres debéis tener muy presente que una de las mayores expresiones del amor es la transmisión del conocimiento. Si hacéis bien el trabajo didáctico con vuestros hijos descubriréis algo completamente nuevo en ellos, pues tendrán una respuesta recíproca y equivalente porque se terminan enamorando del papá y la mamá. No se pierdan esta experiencia única, porque al final los progenitores también aprenden, por ejemplo a ser mejores personas gracias a los hijos.

 

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