ROE – n = 5, r = 2
ROE – n = 4, r = 1
En efecto, solo puede haber 4 casos pares, que son los productos que incluyen el número 6: 6×3, 6×5, 6×7, 6×9
ROE – n = 5, r = 2
Este ejemplo es útil para entender la diferencia entre las combinaciones y las variaciones: la importancia del orden. Mientras que el producto es conmutativo y por tanto no importa el orden, la división no lo es y por lo tanto sí que importa.
ROE – n = 6, r = 2
Se trata de combinaciones, pues al ser sumas diferentes el orden de los elementos no afecta: la suma 1+3=3+1. Por esto lo único que hace que sean diferentes son los elementos constitutivos de las sumas.
ROE – n = 10, r = 3
ROE – n = 9, r = 4
Los posibles subconjuntos de elementos son el vacío, 1 elemento, 2 elementos, … , 6 elementos. Por lo tanto:
Vacío: 1
Un elemento:
Dos elementos:
Tres elementos:
Cuatro elementos:
Cinco elementos:
Seis elementos:
La suma total es:
ROE – n = 4, r = 2
Primero se calcula el número de vértices adyacentes que se pueden unir: 4 tomados de 2 en 2.
Eliminando los 4 lados del cuadrado, quedan 2 diagonales.
ROE – n = 6, r = 2
Primero se calcula el número de vértices adyacentes que se pueden unir: 6 tomados de 2 en 2.
Eliminando los 6 lados del cuadrado, quedan 9 diagonales.
ROE – n = 5, r = 2
Al tratarse de rectas, bastan un par de puntos de los 5 disponibles para formar una.
ROE – n = 10, r = 2
Al tratarse de rectas, bastan un par de puntos de los 10 disponibles para formar una.
ROE – n = 10, r = 2
Al tratarse de planos, bastan tres puntos de los 5 disponibles para formar una.